- ! Nunca más ¡ - Escuché la fuerte afirmación. - ¿Qué? - Pregunté azaroso mientras entreabría los ojos. Pero descubrí que de su bello rostro dormido no salía mayor respuesta. Sus labios apretados parecieran realizar una leve sonrisa pero yo que ya estaba acostumbrado a su manera de dormir, sabía que esa tenue mueca socarrona, que nada tenía de alegre, adornaba su rostro de muñeca todas las noches, al menos las noches como aquella, en que dormía conmigo. -Los vecinos- me dije. Quise entregarme de nuevo a algún sueño para escapar de aquella sensación, mis parpados poco a poco consumían mis ojos , cuando entre sueños, nuevamente. - ! Nunca más ¡ - Escuché, ya no me costó nada despertarme, era su voz, incline mi cabeza y la miré, su bello e insípido rostro pálido aun estaba ahí dormitando tranquilo y socarrón, pero había sido su voz. Quise calmarme, beber quizá un vaso de agua, me recline para levantarme pero sus brazos, que amarraban al mío, me devolvieron al lecho